Nada tan nuevo como Facebook y nada tan viejo como el drama haciendo una mueca a la realidad. «Es inusual para Hollywood rodar una película sobre algo que está ocurriendo ahora o, como en este caso, hace siete años», admite Aaron Sorkin, que ha convertido el litigio judicial por Facebook en un trepidante duelo dialéctico que ha enganchado al público estadounidense y que los críticos no se cansan de elogiar
De 1 a 500 millones de amigos
Así que Sorkin ha puesto mil ojos en la reconstrucción de cómo un estudiante de segundo de informática de Harvard, Marc Zuckerberg (interpretado por Jesse Eisenberg), llegó a crear un red social en internet que ahora sobrepasa los 500 millones de usuarios. No está mal teniendo en cuenta que las chicas le abandonaban por insufrible y le sobraban la mitad de los dedos de una mano para contar sus amigos reales. Y más cuando uno de ellos, Eduardo Severin (Andrew Garfield), le denuncia por haberle apartado de la empresa cuando el creador de Napster (Justin Timberlake) se interpuso entre ellos. Para que no falte de nada, dos gemelos también le acusan de haberle robado la idea cuando le encargaron programar un portal similar al que finalmente creó. «Había dos demandas distintas al mismo tiempo contra la empresa. Todas las partes implicadas entraron en la misma sala, hicieron el juramento de decir la verdad y al final había tres versiones muy distintas. En vez de elegir una como verdadera y contarla, me encantó la idea de mantener las tres aunque se contradijeran entre ellas», sigue contándonos Sorkin. A pesar de lo jugoso del pleito y del morbo que aporta al guión la actualidad, no fue esto lo que más atrajo al guionista: «Me gustaban que los temas de fondo no fueran modernos, sino intemporales: la amistad, la lealtad, la traición, la envidia, el poder, la clase... Facebook es sólo el telón de fondo para contar una historia tan vieja como la humanidad. Disfrutará tanto el que mira su perfil diez veces al día como el no quiere saber nada de esas cosas».
Aunque buena parte del mérito de que el filme no dé tregua al espectador es de su director, David Fincher, cuyo currículum, inevitablemente, le delata («El extraño caso de Benjamin Button», «Zodiac», «El club de la lucha», «The Game», «Seven»...), se trata, sin lugar a dudas, de un filme «made in» Sorkin. De hecho, durante los primeros minutos, le costará seguir la trama si no ha visto un capítulo de «El ala Oeste de la Casa Blanca», hasta ahora la cumbre de la carrera del guionista. «Pido que los actores hablen muy rápido», admite el escritor, como si el reloj jugase en contra de las múltiples ideas que quiere lanzar, y lo que eso supone de esfuerzo para el espectador.
Ser quien tú quieras
«Me encantaría que la gente pensara que soy tan rápido y listo como los personajes que escribo. En Facebook pasa algo parecido, puedes ser quien tú quieras. Estas solo en tu cuarto hablando con mucha gente y no tienes que demostrar tus debilidades. Tienes tiempo para pensar en algo gracioso para escribir. Te puedes hacer de ti mismo un personaje verosímil, pero que no es sincero», argumenta Sorkin.
Más allá del retrato de este multimillonario por accidente, de «La red social» penden unos cuantos debates interesantes, como él mismo nos avanza: «La generación mayor cree que es una especie de aviso de que la tecnología reemplaza a la humanidad. Mientras que la gente joven cree que Mark es una especie de anarquista que desafió al «establishment» y cambió todo. También hay otros que creen que somos un par de tíos de 40 años que están dando una bofetada a la generación más joven por haber creado este invento tan insincero», pero ¿qué es lo que realmente Sorkin piensa de Facebook? «Te diré lo que pienso si queda claro que esta opinión no tiene nada que ver con lo que contamos en la película. Creo que es una herramienta valiosa para mantener contactos con tus amigos, pero no puede sustituir a reunirse en una mesa y hablar mirando a los ojos»
fotos del creador facebook
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